Momentum

¿Como sería la iglesia hoy si hubiéramos heredado el impulso creado por las generaciones que nos precedieron? El resultado de 2000 años de historia de la iglesia sería inimaginable.

Cada generación debe edificar sobre el fundamento de la anterior, y dejar un legado a la siguiente. Deshonramos a nuestros antepasados y el precio que pagaron para lograr su avance si no conservamos y aumentamos lo que lograron.

Vivimos las etapas iniciales de una época de crecimiento acelerado. Con la gracia de Dios podemos compensar los fracasos de varios siglos si estamos dispuestos a poner el fundamento para que otra generación venga y edifique sobre él.

El impulso de las Herencia Generacional señala los problemas que asolaron y paralizaron avivamientos personales y colectivos impidiendo así su crecimiento. Todo creyente tiene libre acceso para vivir con ímpetu extraordinario algo que se originó en el principio del tiempo.

Tomemos, pues, posesión de nuestra herencia y esta nos lanzará hacia la máxima experiencia de la plenitud del Reino.

Muchos creyentes han perdido el derecho a las bendiciones y a los beneficios que les pertenecen por no tener la bendición del Padre. El fundamento de la herencia espiritual en el Reino de Dios es la relación de padre a hijo, y viceversa. El ímpetu, el impulso de vivir en posesión de la herencia y no en busca de ella es el mensaje de este libro. Este libro es una viva demostración de Malaquías 4: 5 – 6.